Diversidad
Es importante disponer de una educación accesible para todo tipo de alumnado y, por tanto, la atención a la diversidad es un apartado fundamental en las Programaciones didácticas.
La atención a la diversidad se entiende como el conjunto de acciones educativas que pretenden prevenir y dar respuesta a las necesidades, temporales o permanentes, de la totalidad del alumnado del centro, incluyendo a aquellos alumnos que requieren unas necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, por sus altas capacidades intelectuales, una incorporación tardía al sistema educativo o por situaciones de desventaja sociocultural (Díaz Tezanos, 2008), provocando en el alumno un desajuste curricular si no se actúa de forma correcta.
Se ha de implantar un sistema educativo abierto y flexible que permita la obtención de resultados escolares aceptables de todo el alumnado, independientemente de sus capacidades (UNESCO, 1994). Para dar una respuesta efectiva, los centros escolares atienden a las medidas establecidas en el Artículo 71 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación para el alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, a través del cual se establecen los siguientes principios:
1. Las Administraciones educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional, así como los objetivos establecidos con carácter general en la presente Ley.
2. Corresponde a las Administraciones educativas asegurar los recursos necesarios para que los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por retraso madurativo, por trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, por trastornos de atención o de aprendizaje, por desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, por encontrarse en situación de vulnerabilidad socioeducativa, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo o por condiciones personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado.
3. Las Administraciones educativas establecerán los procedimientos y recursos precisos para identificar tempranamente las necesidades educativas específicas de los alumnos y alumnas a las que se refiere el apartado anterior. La atención integral al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo se iniciará desde el mismo momento en que dicha necesidad sea identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión.
4. Corresponde a las Administraciones educativas garantizar la escolarización, regular y asegurar la participación de los padres o tutores en las decisiones que afecten a la escolarización y a los procesos educativos de este alumnado. Igualmente les corresponde adoptar las medidas oportunas para que los padres de estos alumnos reciban el adecuado asesoramiento individualizado, así como la información necesaria que les ayude en la educación de sus hijos.
Es competencia de los centros desarrollar las medidas de atención a la diversidad establecidas por las Administraciones educativas en función de las características del conjunto de alumnos y su contexto. Asimismo, se ha de promover desde los centros compromisos con las familias y el resto del alumnado para desarrollar actividades que faciliten el progreso educativo.
Alumnado que presenta necesidades educativas especiales, que es aquel que afronta barreras que limitan suacceso, presencia, participación o aprendizaje, derivadas de su discapacidad o trastornos graves de conducta, de la comunicación y del lenguaje, por un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, y que requiere determinados apoyos y atenciones educativas específicas para la consecución de los objetivos de aprendizaje adecuados a su desarrollo.
Su escolarización se regirá por principios de normalización e inclusión y solo se llevará a cabo en unidades o centros de educación especial cuando sus necesidades no puedan ser atendidas en el marco de las medidas de atención a la diversidad de los centros ordinarios. El alumno con necesidades de apoyo educativo es aquel que requiere una atención educativa diferente a la ordinaria por presentar:
- Necesidades educativas especiales (discapacidad física, psíquica o sensorial, o trastornos graves de conducta.
- Retraso madurativo.
- Trastorno del desarrollo del lenguaje y la comunicación.
- Trastorno de atención o aprendizaje.
- Desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje.
- Situación de vulnerabilidad socioeducativa.
- Altas capacidades.
- Incorporación tardía.
- Condiciones personales o historia escolar.
En esta unidad didáctica se han contemplado dos casos de alumnos: alumnado con altas capacidades y alumnado con hipoacusia.
Alumnado con altas capacidades
Se considera que un alumno presenta altas capacidades intelectuales cuando maneja y relaciona de manera simultánea y eficaz múltiples recursos cognitivos diferentes, de tipo lógico, numérico, espacial, de memoria, verbal y creativo, o bien destaca especialmente en el manejo de uno o varios de ellos. Se distinguen tres tipos:
- Sobredotación intelectual: Para que un alumno tenga la consideración de superdotación, han de darse tres características: capacidad intelectual superior a la media, gran dedicación a las tareas y abundante creatividad.
- Talento simple: La presencia de una aptitud elevada o sobresaliente en un campo específico, siendo necesario que se encuentre por encima del percentil 95.
- Talento complejo: La combinación de 3 o más talentos simples distintos o capacidades cognitivas.

Corresponde a las Administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para identificar al alumno con altas capacidades intelectuales y valorar de forma temprana sus necesidades. También les corresponde elaborar planes de actuación, así como programas de enriquecimiento curricular adecuados a dichas necesidades, que permitan al alumnado desarrollar al máximo sus capacidades.
Entre las características del alumnado con altas capacidades destacan las siguientes: un rápido procesamiento de la información, alto nivel de razonamiento y argumentación, desarrollo madurativo precoz, curiosidad hacia el porqué de las cosas, flexibilidad en sus ideas y pensamientos, creatividad y originalidad, un pensamiento más productivo que reproductivo, gran sensibilidad hacia el mundo circundante y un gran interés en temas morales, filosóficos y relacionados con la justicia.
Alumnado con hipoacusia
Los alumnos con discapacidad auditiva son aquellos que tienen una audición deficiente que afecta a ambos oídos, es decir, padecen pérdidas auditivas bilaterales. Las pérdidas unilaterales permiten una audición normal, no presentando necesariamente alteraciones en el lenguaje. La disfunción más significativa que presentan las pérdidas unilaterales es la dificultad para localizar la fuente sonora.
A la hora de hablar de alumnado con discapacidad auditiva podemos clasificarlos en dos grandes grupos: alumnado con hipoacusia y alumnado con sordera. Los alumnos con hipoacusia son aquellos que, aun padeciendo una pérdida de audición, son capaces de adquirir por vía auditiva el lenguaje oral y utilizar el mismo de manera funcional en su proceso comunicativo, aunque necesitarán en la mayoría de los casos del uso de unas prótesis adecuadas.
Se considera que una persona presenta sordera, cuando su pérdida auditiva es de tal grado que sus restos auditivos no son aprovechables y se encuentra incapacitado para adquirir la lengua oral por vía auditiva, convirtiéndose la visión en su principal canal de comunicación.
Dependiendo del grado o intensidad de la pérdida auditiva, se establecen cuatro tipos de discapacidad auditiva:
Las causas de las deficiencias auditivas o hipoacusias se pueden analizar cronológicamente clasificándolas en: prenatales, perinatales o postnatales.
La discapacidad auditiva, además de la incapacidad o disminución de la audición, va a suponer en el alumnado una serie de consecuencias que estarán condicionadas por factores tan diversos como la edad de aparición de la deficiencia auditiva, el grado de pérdida auditiva, el nivel intelectual del sujeto, la existencia de restos auditivos, la colaboración e implicación familiar, la rehabilitación realizada, etc.

Con mucha frecuencia se comete el error de creer que todas las personas con discapacidad auditiva son iguales y que su problema se centra únicamente en su pérdida auditiva, cuando en realidad el problema es mucho más complejo y es el desarrollo integral del sujeto el que se ve afectado de una manera global.
Las implicaciones que pueden aparecer como consecuencia de una discapacidad auditiva serán más o menos significativas en función del grado de pérdida auditiva y de todos los factores que se han comentado (es decir edad, nivel intelectual...). En el alumnado con hipoacusia las consecuencias aun siendo notorias, no supondrán alteraciones insalvables, mientras que en el alumnado con sordera, las consecuencias son tantas y tan importantes que todo su desarrollo personal se ve comprometido.
Hay algunas señales de alerta que deben llamar la atención del profesorado, como puede ser la dificultad para comprender instrucciones, un lenguaje poco inteligible, vocabulario pobre, bajo rendimiento escolar, dificultad para mantener la atención...
Para proponer la modalidad de escolarización para un alumno o alumna con discapacidad auditiva es necesario que el Equipo de Orientación Educativa correspondiente en colaboración con el Equipo de Orientación Educativa Especializado en discapacidad auditiva emita un "dictamen de escolarización" fundamentado en la evaluación psicopedagógica, que incluirá, al menos, los siguientes apartados:
a. Determinación de las necesidades educativas especiales que, en todo caso, incluirá la valoración de la autonomía personal y social, de las capacidades comunicativas y del nivel de competencia curricular, así como otros factores que pudieran incidir en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
b. Propuesta razonada de las ayudas, los apoyos y las adaptaciones que el alumno o alumna requiera.
c. Propuesta de la modalidad de escolarización más adecuada a las características y necesidades del alumno o alumna.
Para facilitar la escolarización del alumnado con hipoacusia, se han de llevar a cabo unas medidas a distintos niveles:
Destacan tres medidas de intervención para el alumno con hipoacusia:
- Apoyo visual: cuando observemos que el alumnado presenta alguna dificultad en percibir la información por vía auditiva, le apoyaremos con el canal visual (lectura labio-facial), para posteriormente volver a darle la información auditivamente.
- Repetición: debemos repetir el estímulo presentado cuando observemos que el alumno o la alumna no ha prestado la suficiente atención. Si no es el caso, debemos utilizar otra estrategia que facilite la comprensión del estímulo presentado.
- Cambios en la disposición de la clase.
En cuanto a los materiales y recursos didácticos, se pueden mencionar los siguientes: medios visuales, utilización de recursos para mejorar el imput visual (folletos, transparencias, diapositivas, etc), glosarios o listas de palabras que de utilizarán en la actividad a desarrollar... Para la evaluación del alumno, conviene evitar los exámenes orales, dar por escrito las preguntas y diversificar métodos de recogida de información para la evaluación.